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  • Writer's pictureMaría Leonor Inca

Las Mujeres Indígenas Ya No Son Invisibles

Updated: Feb 25, 2019


 

Por qué Yalitza no habla en la Película Roma?

Borde entre Mexico y Estados Unidos. Photo Credit: W Magazine / Directed by Alfonso Cuarón

"¿Por qué Yalitza está nominada históricamente a un Oscar, cuando ni siquiera habla en la película Roma?”, es uno de los cientos de comentarios del público hispano, que he leído en el internet, y quizás, lo que piensan algunos actores reconocidos de México, a los que se les ha escapado comentarios negativos hacia la actriz revelación 2019, una indígena mexicana que nunca soñó con la fama. Y la respuesta es simple: ¡Los indios no hablan, porque tienen miedo y vergüenza. Punto.

Por eso, la actriz no tiene extensos ni elocuentes diálogos, para entender a “Cleo” hay que seguir sus acciones, ver el dolor en sus ojos, y su silencio. Así también, lo es en la vida real, ella confiesa que no le gustaba hablar mucho, o tomarse fotos; y que también fue empleada doméstica como su madre, en tiempos de necesidad, por lo que es evidente la interpretación de si misma, algo que pocas veces un actor tiene la oportunidad de vivir.

Explicaré el rol de “Cleo” en Roma, sin ser experta en cine, sino por ser indígena, mestiza criada como “blanco” en un sistema clasista; crecí rodeada de muchos indios; en un pueblo fantasma en la mitad del mundo, en Ecuador (90’s y 2000’s) .


Los domingos en la iglesia


Recuerdo cuando mi madre me llevaba a misa, los domingos en la mañana, el acontecimiento más importante de la semana, en el pueblo (antes de los iPhones); habré tenido yo unos 8 años; y me llamaba mucho la atención ver a los indios sentarse siempre al final, en las ultimas filas en las bancas de la iglesia. Siempre cedían el puesto a otras personas. Miraba yo hacia atrás, y los veía caminar agachados, en silencio, tratando de no incomodar a nadie, se quedaban en las ultimas bancas; así hubieran puestos vacíos en el medio –Sentía dentro de mí que eso no estaba bien.


Años más tarde, entendí que ellos tenían vergüenza y miedo de expresarse. Inseguridad de caminar al frente de personas que los mirarían mal, y de sentarse alado de familias blancas o pudientes. Nadie se les prohibía, estaba sobreentendido. Y entre esas personas, saliendo y entrando a la iglesia los domingos, habían muchas “Cleos”, empleadas domésticas "puertas adentro”, adolescentes de un andar tímido, y muy calladas. Parecía que siempre andaban asustadas. “Huambras” de trenza larga y piel morena tostada por el sol.


Las empleadas domésticas

Desde muy temprano en mi vida, aprendí que los indios y mestizos de facciones indígenas, eran muy "ariscos y callados" –términos que escuchaba de mi tía abuela– , y las empleadas domésticas, aún más. ¿La razón? –Esta conversación entre mi tía y su madre, que no olvido, lo explica un poco:

"Estoy enojada con la nueva empleada, no creo que dure”, dijo mi tía.

"¿Por qué, qué hizo la huambra?"

“Se atrevió a llamar a mis hijos por sus nombres, "ahí está el Patricio, en vez de, “el niño Patricio”.

“¡Qué atrevida, ni que fueran iguales!”, respondió mi tía, que ahora tiene 94 años.

La razón, es que aún existen códigos clasistas “colorismo” en nuestra sociedad de América Latina, heredados de la época Colonial y Republicana (los latifundios en Sur América), y en el siglo pasado, dónde los indígenas fueron humillados, tratados como sujetos sin derechos, gente vulnerable sin tierras, y sin educación, minorías a los que el estigma los persigue hasta hoy.

Por lo tanto, el director de Roma no escribe un discurso conmovedor para "Cleo"al estilo Hollywoodense, cual Meryl Streep, en La dama de Hierro, ó Mel Gibson, en Corazón Valiente. "Cleo" es una persona de segunda clase, que sólo vive para las necesidades de otros. Y su opinión no vale nada. Por eso no habla nada. Ella es un testigo mudo de la historia de la infancia del director mexicano, Alfonso Cuarón.


Yalitza recoge al niño de la escuela, en una de las escenas de Roma. Foto: Carlos Somonte / Twitter, @alfonsocuaron

¿Eras o no de la familia?

Aunque no parezca, mi tía era muy buena persona, exacto como se ve en Roma, con la empleadora de “Cleo”. Por eso, cuando una campesina nueva llegó a trabajar a la gran casa, no dudó en ser generosa, le compró ropa, y se aseguró de darle los Domingos, libre. Se llamaba, Martha, era muy bajita y de pelo negro rizado; quien sí decía: “Si señora”. "No señora”. "Niños vengan a comer”, refiriéndose mis primos, así que todo iba muy bien.


Sin embargo, la separación a la hora de comer, las múltiples obligaciones que empezaban a la madrugada, el desconociendo del si el salario era justo o no; y la forma de ver a sus patrones como superiores (algo normal para la época), me hicieron dudar que ella realmente era de la familia. Recuerdo que cuando yo iba de visita, me servía un jugo delicioso de frutas, pero nunca se sentaba a comer conmigo.


Martha, era una muchacha bien campesina, que no sabía ni leer, pero de “bonita apariencia”, –a decir de mis tíos y los peones – , le daban muchas halagos. Se ganó el cariño de todos. Pero nunca llegó a ser una igual. Y ella siempre lo supo.


El clasismo disfrazado de memes

La conversación que escuché de niña, y los tratos “especiales”que ví con algunas empleadas del pueblo, me recuerdan el mundo de “Cleo” en la ficción, y en la vida real de Yalitza Aparicio, quien ha recibido mucho apoyo de grandes actores de Hollywood, y Europa, pero muchas críticas de su misma gente, colorismo disfrazado de memes y trolls, en la era de las redes socilales. Los latinos estamos orgullosos de ella, pero hay muchos de piel mas clara, a los que les molesta su éxito, e incluso, gente de su mismo color. Pero, esa no es solo su realidad, lo es también la de millones de empleadas domésticas en el mundo.


Hay muchas personas a las que no les gusta la película Roma, porque no tiene un final de Disney, y esperaban que Roma los entretenga más, pero esa no es la forma de juzgar este tipo de cine. Para entender Roma, hay que querer conocer de la realidad de los pueblos de América Latina, la historia de sus minorías como los indios en el México de los 70’s, que es un espejo donde se refleja América latina, y la suerte de sus descendientes en el presente. De manera que puedes darle una segunda oportunidad y verla, si esos fueron los motivos.


El final hollywoodense de Yalitza

Yalitza Aparicio ha sufrido discriminación a lo largo de su vida, al igual que su madre, en pleno siglo XXI, en el tiempo de los iPhones, más viajes al espacio, la robótica, smart homes; y esto sigue pasando. Sin embargo, la profesora de kindergarten, está nominada a un Oscar como 'Mejor Actriz', ese es su final de “Cenicienta" y Hollywoodense que muchos quisieron ver en la película; lo está viviendo en carne propia, gracias a la cámara del director Alfonso Cuarón.

La joven mixteca es el rostro cinematográfico más admirado del año, de la nueva camada de actrices internacionales del 2018, según 'The New York Times’. Yalitza está sentando un precedente en contra de la discrimanación hacia minorías.


Roma ha ganado el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia, 2 Globos de Oro a Mejor Director y Mejor Película en lengua extranjera, y esperamos con ansias que Aparicio gane se Oscar como 'Mejor Actriz', y así la academia haga historia. A ver si de una vez con eso nos curamos del mal de colorismo/racismo; especialmente los hispanos; y volteamos la página. Esperamos que el director mexicano, Alfonso Cuarón se lleve esa estatuilla a mejor Director, eso es algo que alegrará en grande los corazones de los millones de inmigrantes hispanos en USA.


Con estatuillas o no, Roma y Yalitza, abrieron ya, la puerta a una nueva generación de niñas indígenas, mujeres de color, que se sienten invisibles en el mundo de la moda, el entretenimiento; y que pensaron que nunca podría triunfar en Hollywood, o en la vida.

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